La Niña regular

La Niña es un híbrido vivo y sativo, pero con una floración corta, pero sin desperdiciar nada de su gran potencial. Se cruzó una índica del sur de la India con una Haze, para formar un híbrido de floración rápida pero de gran potencia. Para terminar, se cruzó con diferentes sativas brasileñas, para definir algunas de sus características, como el vivo efecto o la rapidez de su floración.

Si la cultivamos en interior es muy agradecida pero hay que controlarla, ya que por su constante crecimiento, tendremos cepas alargadas y que nos obligarán a guiarlas, ya que forma una pesada y compacta copa central. No hay que dejarla crecer mucho o alcanzará alturas problemáticas, que nos dificultará el cultivo. 12 ejemplares llenarán 1m² hasta el techo, llegando a ofrecer cosechas de 500 g. La floración no pasa de 10 semanas, en que veremos sacar su parte índica para dar gran densidad al cogollo, por lo que nos obligará a guiar el tronco central.

En cultivos de exterior puede llegar a alcanzar los 3m de alto. Tiene con una distancia grande entre sus nudos, pero no significa que no ofrezca una gran cosecha, pues su parte brasileña hará que estire sus cogollos hasta la base de la rama. A mediados de Octubre está lista para cortar, llegando a ofrecer cosechas de hasta 900 g en seco.

Sabor nos recuerda a las de hace años, ya que deja unos matices cítricos en el paladar, que le aportan un final a incienso.

Efecto es muy energético, ofreciendo un efecto muy vivo, con ganas de reír y de pasarlo bien. Ofrece una agradable estimulación sensorial.

• Sativa/Índica: 65/35 %
• Floración: 60-70 días en interior, mediados de octubre en exterior.
• Altura: 100-160 cm en interior y hasta 2,5 m en exterior.